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andrés monares

Me bloqueó FB por denuncia sionista

Me bloqueó FB por denuncia sionista

Hoy me notificó FB que bloqueba mi actividad por 24 hrs., dado que fui denunciado por incumplir sus normas de convivencia por mi respuesta a un tipo que comentó una publicación sobre los últimos ataques de Israel a Gaza. El sujeto se hace llamar Jorge  Lyng en su cuenta de FB y parece ser un evangélico sionista (https://www.facebook.com/xorgeelin?lst=100001531013654%3A536713390%3A1542215308).

Específicamente, mi respuesta fue a un comentario de Jorge Lyng a una publicación del FB de Annurtv, "Gaza bajo fuego", donde subieron el enlace a la nota "Nuevo bombardeo israelí en Gaza: Dos palestinos muertos, cinco heridos" (13.11.18). El sionista mexicano explicaba los ataques israelíes como una cuestión de defensa legítima ante las agresiones de Hamas y con un evidente tufillo evangélico-sionista:

"Esta es la realidad.. YISRAEL BAJO FUEGO. 
El ataque de Yisrael fue en respuesta a los 60 cohetes que Hamas envió primeramente al pueblo Hebreo. 
Pero Jamás duerme el que guarda Yisrael."

Mi respuesta fue ésta:

"Sí goyim, sí... el ocupante es la víctima y es el bueno... De hecho, me hiciste comprender lo bien que actuaron los nazis contra los malvados judíos alzados en el Gueto de Varsovia... ¡Sigue así campeón!"

Como Uds. pueden ver, no publiqué pornografía, ni desnudos, no hice apología o llamamientos a la violencia, al crimen o al asesinato. Tampoco es un comentario racista ni antisemita. Fue una simple ironía que homologó los crímenes de los ocupantes nazis contra la heroica resistencia judía en Varsovia y los crímenes de Israel contra el pueblo palestino en general y la no menos heroica resistencia palestina a la ocupación en particular.

Es más, por si no lo sabías, la propia ONU ha validado la resistencia anticolonial en su Resolución 3103, adoptada por su Asamblea General el 12 de diciembre de 1972: “Principios básicos de la condición jurídica de los combatientes que luchan contra la dominación colonial y foránea y contra los regímenes racistas”:

“Reafirmando que la continuación del colonialismo en todas sus formas y manifestaciones, como se señaló en la resolución 2621 (XXV) de 12 de octubre de 1970 de la Asamblea General, es un crimen y que los pueblos coloniales tienen el derecho inmanente a luchar con todos los medios necesarios a su alcance contra las Potencias coloniales y la dominación foránea en el ejercicio de su derecho a la libre determinación reconocido en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas” (La Resolución 3103 puede leerse completa en: http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/RES/3103(XXVIII)&Lang=S&Area=RESOLUTION.

No soy una persona destacada, cuya voz Israel se tome la molestia de acallar. Obvio. Pero, por un lado, este bloqueo demuestra nuestra debilidad ante las arbitrariedades de FB. Debilidad de cualquiera, no solo de los antisionistas. A cualquiera le puede pasar por una denuncia cobarde y mentirosa además. Y, por otro lado, la debilidad de la solidaridad con Palestina ante denuncias falsas... no sé si pasaría lo mismo con las publicaciones o comentarios sionistas que, de hecho, son abiertamente fascistas, racistas y/o agresivos.

Por último, pinché un enlace para que mi pubicación fuera revisada y hace horas que estoy tratando de enviar mis descargos a FB, pero no acepta enviar mis comentarios. Solo aparece en pantalla un cartel diciendo: "No pudimos procesar tu solicitud. Intenta más tarde."... Aún así, recibí el siguiente aviso: "Volvimos a revisar tu publicación y no cumple nuestras Normas comunitarias.". Fin...

¿Y cómo yo sí pude?

¿Y cómo yo sí pude?

 

Creo que todos hemos escuchado más de una vez el argumento “¿Y cómo yo sí pude?” para referirse a quién está exhausto ante una enfermedad, no ha podido salir de la pobreza, no puede recuperarse pronto de una ruptura de pareja, fue eliminado de una carrera por reprobar cursos, le ha costado encontrar un trabajo, etc.

Más allá del tema psicológico de un dejo de megalomanía para declararse uno mismo medida de toda la humanidad, está el tema de una especie de permiso que esa megalomanía le da a esa gente superior para justificar su falta de empatía con los demás.

Te cuento súper humano: para empezar es muy difícil que una situación sea exactamente igual a otra, o sea, que tú experiencia sea exactamente igual a la de los demás. Por tanto, que tú experiencia pueda ser considerada un criterio universal de juicio.

Luego, no todos somos iguales, por lo tanto no reaccionamos igual ante situaciones que pueden parecer similares. De hecho, no tenemos las mismas aptitudes, personalidad, valores, ideas, herramientas, etc.

Y una de las cosas más relevantes que debes recordar, ¡oh semidios!: no todos compartimos el mismo contexto socieconómico y cultural. No pocas veces uno intuye que es muy fácil decir “yo sí pude” cuando tuviste un contexto que te brindó oportunidades y/o herramientas para lograrlo. Cosas que mucha gente pudo no haber tenido.

Así que si tú sí pudiste, bien por ti. Pero no eres ninguna prueba irrefutable de nada. No hinches a los demás, mejor ayúdalos desde la empatía y la misericordia (sí eso que te falta: la capacidad de sentir el pesar de los otros).

Y si tu ego no te deja, quédate calladito que así te ves más bonito.

Prioridades y grandes debates de cierta izquierda

Prioridades y grandes debates de cierta izquierda

- ¿Qué pasa compañero? Lo noto preocupado.


- Sí, estoy muy preocupado por la situación del país. Por ejemplo, no tenemos un modelo de desarrollo con una mirada de futuro, los recursos marinos se entregaron a unas pocas empresas, más de un 60% de los jubilados reciben pensiones miserables, la educación y la salud no son derechos, las grandes forestales se benefician de subsidios del Estado, tenemos un sistema impositivo regresivo, se mantiene por décadas una gran desigualdad socioeconómica, la participación política es baja, se reprime al pueblo mapuche y a los movimientos sociales, las grandes empresas coimean a nuestros políticos para que legislen en su favor y hasta les redactan los artículos de las leyes, se perpetran una alta cantidad de femicidios, son muy diferentes las penas para los delitos cometidos por pobres y ricos, los recursos mineros no son chilenos como dice la propia Constitución, los salarios de la gran mayoría de los trabajadores son muy bajos, la inversión público-privada en I+D es escasa, las tasas de depresión son altas, no se apoya a las Pymes, no se protege la naturaleza, no hay una política de fomento deportivo, no existe apoyo al desarrollo de la industria nacional, el agua es privada, las tasas de sindicalización son bajas, mueren miles de personas al año esperando atención en el sistema público de salud, hay un gran consumo de alcohol entre nuestros jóvenes, se mantiene la brecha salarial entre hombres y mujeres, nuestras cárceles están hacinadas y no entregan posibilidades de rehabilitación, las grandes empresas se coluden, las familias están endeudadas, la gente lee poco, no hay pluralismo en la prensa, se están viendo brotes de xenofobia, los bancos prestan a tasas usureras, los medicamentos son carísimos, no estamos preparados para el cambio climático, no se ha diversificado la matriz energética, han aumentado los campamentos, Carabineros y el Ejército presentan serios casos de corrupción, la población rural en muchas zonas no tiene conectividad, la infección de VIH está disparada…

- ¡Pero compañero! … ¡¿Pensé que estaba preocupado por los arteros ataques contra los procesos populares y revolucionarios del mundo que realizan los reaccionarios y revisionistas enquistados en partidos pequeño burgueses que le hacen el juego a la ultraderecha y al imperialismo yanqui?!

- …Eeeeeeeh…

- Shuuuuuu… No sabía que era tan amarillo compañero… ¡Qué poca consecuencia la suya!

- …

Mauricio Rojas... Lamentablemente, nada nuevo bajo el sol

Mauricio Rojas... Lamentablemente, nada nuevo bajo el sol

La actualización de una vieja entrevista del Dr. Rojas, el destacado intelectual de derecha, dejó la grande. Aunque ya sabemos que para este gobierno las declaraciones son sólo eso: palabras al viento, que no deben impedir ver el cuadro completo. Más, cuando ya no representan la vanguardista opinión actual del ministro. En todo caso, sinceremos las cosas: en este país campea la impunidad intelectual. Cualquier opinión es aceptable y, si causara algún problema, mañana se olvida.

Ahora bien, no podía esperarse más de Rojas un “Senior fellow” (¡sí, en inglés!) de la Fundación para el Progreso... o, en realidad, para el Retroceso: derechito al siglo XIX. Pero el inefable Piñera igual lo nombró, pues obviamente le debe haber dado plena confianza que perteneciera a la misma fundación darwinista social de Gerardito Varela: un tipo que ya sabemos es prenda de garantía. La torpeza política de nuestro inversionista-prófugo y su sed de poder le impulsó en su campaña a sellar un compromiso con la extrema derecha: fascistas, ultraconservadores religiosos y anarco-capitalistas. No le pidamos más a dicho personaje. No nació para grandezas, salvo si hablamos de sus cuentas en paraísos fiscales. Ni en su anterior presidencia, ni en ésta Piñera fue capaz de darse cuenta de que podía pasar a la historia como el fundador de una derecha liberal y democrática post dictadura. Si tal vez hubiera habido plata de por medio... mmmmmmm... tal vez. En fin, ya fue.

Todo mal. Esta derecha miserable cree que la doctrina y la consecuente juridicidad de los derechos humanos son de la izquierda. Claro, nunca han leído sus propias fuentes ideológicas de la Ilustración; creen que basta con saber teoría de precios ortodoxa: matemática en vez de latera prosa que defiende gobiernos del pueblo (aunque quedarían súper tranquilos si supieran que ese “pueblo” de los ilustrados se refería sólo a varones blancos propietarios). Para el grueso de nuestra triste derecha, lo que ordena Washington y la tradición clasista-rentista de nuestro siglo XIX bastan. ¡Renunciaron a la gloria de asumir su propia tradición! Esa que “inventó” en Occidente el estado de derecho y los derechos individuales. Esa que luego fue el cimiento para entender que la horrorosa experiencia fascista de mediados del siglo XX no debía repetirse jamás, y por eso se pensó y escribió una Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Pero, no le pidamos tanto a nuestra derecha. Si apenas leen el cuerpo D de El Mercurio.

Es esa derecha, de la cual Rojas es un excelente representante, la que clama que no es objetivo tomar en cuenta sólo del 11 de septiembre de 1973 en adelante. Dicen que hubo un contexto previo que provocó el Golpe y los crímenes de lesa humanidad que conllevó. En otras palabras, se refieren a la mitología de que los “guerrilleros” se lo merecían porque “no eran blancas palomas”. Sus secuestros, torturas, asesinatos y desaparecimientos quedan así explicados: sembraron vientos y cosecharon tempestades. Nuestra derecha no entiende, por ignorancia o mala fe, que los derecho humanos son… curiosamente… de todos los humanos.

No obstante, las afiebradas teorías del Plan Z y de los 30 mil y tantos guerrilleros extranjeros del ’73 no explican el drama de simples militantes, funcionarios públicos, ni de los chilenos comunes y corrientes cuyos derechos fueron violados por agentes del Estado en un plan sistemático de represión. ¡¿Y para qué hablar de niños?! Sí, los valientes soldados asesinaron a menores de edad también.

Más allá de la falsedad de dichas teorías, si se aceptara la fantasía de la “guerra interna” por la cual “eran ellos o nosotros”, la famosa artimaña del contexto o de lo que pasó antes del '73, se tornaría coherente violar una mujer si anda con mini y escote en un sitio eriazo o asesinar a la pareja que te engañó con otro hombre o es muy coqueta. El punto, para peor, es que enfrentamientos aislados nunca dieron cuenta de un real estado de guerra.

Lo de Rojas no es nuevo, ni un desliz de un bobalicón. Sus declaraciones no son una “salida de madre”. En Chile esa gente tiene un espacio “ganado” y hasta se los defiende usando la falacia de que su opinión está amparada por la libertad de expresión. Así de patético es nuestro país. Mentir descaradamente o vociferar discursos de odio por los medios de comunicación… ¡es un “derecho humano”! Fuera de la idiotez de dicha postura (perdonen la palabra, ¿pero qué otra se puede usar?), es irónico que los negadores de los derechos humanos se amparen en ellos para seguir enalteciendo esas negaciones a los derechos humanos. Un pésimo chiste.

Se sabe que la niña símbolo de esa postura es Patricia Maldonado. Pero, como señaló el actor Luis Gnecco en una entrevista, son los directivos de Megavisión quienes le deben una explicación al país. En todo caso, que por décadas no haya pasado nada con dicho oscuro personaje, habla más de Chile que de Megavisión. Maldonado seguirá en pantalla orgullosa por ser “consecuente” y ser una persona “que va de frente”. Igual de orgulloso estaba el “Mamo” Contreras.

Ese es Chile. Asumamos que no hemos llegado a esto… “esto” siempre ha estado ahí desde 1990. Hagámonos cargo.

En el último tiempo he querido enaltecer a las personas de derecha democrática que tengo el gusto de conocer. Pero, tristemente para el sistema democrático, al final de cuentas esa gente es mera desviación estándar del “sector”. Y específicamente en el gobierno son mera comparsa: Blumel explicando lo inexplicable es la prueba.

Chile da vergüenza. No ahora, hace décadas. Por supuesto que por nuestra triste derecha. Sin embargo, asimismo debemos hacernos cargo de nuestra responsabilidad. Porque gente como Rojas, Varela, Maldonado, J.A. Kast, la Familia Militar o el Movimiento Social Patriota no salieron de la nada. Insisto, hoy es Mauricio Rojas, pero lamentablemente su caso no es nada nuevo bajo el sol en esta copia pirata e infeliz del Edén.

Joaquín Lenín

Joaquín Lenín

Partamos dejando en claro que el Joaco no es santo de mi devoción. Y a pesar de ser un personaje que cuesta tomarse en serio por sus curiosas ocurrencias, no es la idea que los árboles no dejen ver el bosque.

¿Qué bosque dirá Ud.? Que fue funcionario de la dictadura cívico-militar, o sea, en las palabras del propio Piñera, fue parte de los “cómplices pasivos”. Que violó la ley de la propia dictadura sobre la prohibición del lucro en educación cuando retiró utilidades de la Universidad del Desarrollo. Que no pocos de sus proyectos son ridículos (y hay que reconocer que él mismo lo ha aceptado en algunos casos). Que su accionar como alcalde de Las Condes ha implicado una extrema exposición mediática sospechosa cuando no risible: acude a las más nimias situaciones vecinales siempre acompañado de un equipo audiovisual. Y, finalmente, que ya habría comenzado su campaña presidencial.

Insisto, el Joaco no es santo de mi devoción.

Sin embargo, a estas alturas en que ya se derramó mucha tinta sobre el tema de su proyecto de “viviendas sociales” en la Rotonda Atenas y se pacificaron los ánimos, me parece adecuado rescatar un punto: puede que, a la larga, Lavín esté poniendo un tema relevante en la derecha.

Más allá de que sean o no viviendas sociales y del supuesto objetivo último de Lavín de intentar llegar a La Moneda una vez más, no dejó de llamar la atención (para mal) que las críticas más ácidas que recibiera hayan venido de las que serían las bases de su “sector”. De quienes se escuchó hasta acusaciones de “populismo”… el viejo y confiable “argumento” de quiénes, justamente, no son capaces de elaborar argumentos.

El compañero Joaquín Lenín, en un loco afán izquierdista y revolucionario, estaría intentando integrar socialmente. Quiere llevar a esos extraños llamados “pobres” (¡que nadie aún sabe a ciencia cierta quiénes son!) con sus dudosas costumbres a los barrios de la gente “bien”… quienes en realidad, con la magra distribución del ingreso en el país, hace rato que no son gente bien-bien. Aparte de los evidentes problemas de convivencia y de delincuencia que este radical proyecto marxista-lavinista implicará, lo más catastrófico que sucedería es que los precios de las propiedades de las personas decentes bajarían. Sí, la integración, por casi ínfima que sea dada las características del proyecto, es incluso un mal negocio.

Todo ese escándalo nos recordó que la moralidad clasista del siglo XIX sigue con nosotros. Todavía en Chile las promesas de igualdad y dignidad universal de la Modernidad no son para todos los grupos sociales. Esa gente que a priori rechaza al “pobre”, nunca se preguntó qué sociedad construimos para temerle tanto a otros chilenos diferentes; y, si estos fueran realmente personas peligrosas y malvivientes, qué sociedad construimos donde los “pobres” son así.

Entonces, fuera del triste espectáculo de los “cacerolazos” contra los potenciales beneficiarios del programa de “viviendas sociales” y las críticas contra Lavín desde los vecinos derechistas, me parece importante que, como dije antes, el alcalde pudiera estar poniendo un tema en su sector.

Sí, sí sé que es algo mínimo para una mentalidad normal. ¿Qué gracia hay en sostener que todos somos iguales y los barrios deben integrar a los diferentes grupos sociales? Ninguna… salvo en Chile. ¡Ese es el punto!

En nuestro país “indio” es un insulto; las “nanas” deben llevar uniforme y tienen cerrados ciertos espacios de condominios y edificios; la jerarquía social se construye en base al color de piel; las opiniones fascistas, racistas o clasistas son legítimas y deben estar protegidas por la libertad de expresión... Bueno, en esta isla ideológica que es Chile, la igualdad es una especie de anatema en general; y para parte importante de los votantes de derecha de las clases acomodadas, un asunto que sus partidos deben combatir. Lucha que se tendría que dar incluso en el caso de un proyecto inmobiliario donde la integración social es cuantitativamente insignificante.

Así, más allá de la opinión que uno pueda tener de Lavín, me parece que a la larga no es menor que pueda dejar sentado que la mínima decencia no está ajena a la derecha. Que dicho sector político-cultural debe de una vez salir de las cavernas y superar sus miedos atávicos a los ateos, al sexo, a los inmigrantes (siempre que sean negros y pobres), la integración, los jóvenes que no van a misa, la homosexualidad y la transexualidad, los pobres, al feminismo y la izquierda (dos etiquetas muy generales bajo las que subyacen muchos y diversos grupos) y tantos otros temores que los torturan.

Ya está bueno de esta derecha reaccionaria, en el más pleno sentido del término; una que construyó una cultura que no ve lo colectivo o rechaza pensar más allá de la conveniencia individual. ¡Queremos una derecha democrática y realmente liberal! De hecho, una democracia pluralista lo necesita.

Es el propio sector el que debe terminar de una vez con el engendro moralmente conservador, liberal en lo económico, filo fascista y con una visión decimonónica de las diferencias entre grupos sociales. En la mayoría de los países democráticos esas tendencias no son sensibilidades diferentes de una coalición, sino partidos diferentes y en pugna. Baste recordar a la fascista Le Pen versus el tecnócrata liberal Macron en Francia.

Francamente me importa un comino que Lavín se esté disfrazando para su campaña presidencial, si a la larga ayuda a que no sea defendible una añeja e inmoral concepción clasista de la sociedad. Este rechazo no es monopolio del “progresismo” o la “izquierda”; más importante todavía: ¡no debe serlo! Esos son valores elementales de una sociedad democrática. Son consensos básicos acerca de los cuales necesitamos un compromiso transversal… al cual, de una vez por todas, debe sumarse la derecha democrática.

¿Podrá ser Lavín el condutor de la máquina del tiempo que traiga a la derecha desde las cavernas antediluvianas al siglo XXI?

Compréndalo, Gerardito es libertario

Compréndalo, Gerardito es libertario

Gerardito es ministro de Educación. Sí, en serio… Les juro que no es talla. O sea, como ironía hubiera sido estupenda. Pero, es verdad. Así con el ojito de los Tiempos Mejores. Y, ¡cómo no!, el flamante ministro ha dado material por toneladas. Es como maná del cielo para los comediantes, dibujantes de viñetas y sitios cómicos de la web. Es tanto lo suyo que hasta se podría especular, siguiendo alguna teoría conspiranoica, que es parte de una planificación para hacer olvidar las “Piñericosas”.

En tal sentido, ayer leí en redes sociales el clamor del ministro por la injusticia e incomprensión hacia las labores de un servidor público: ¡¿cómo las escuelas públicas pretenden que el Ministerio de Educación se haga cargo de las escuelas públicas?! ¡¿Pero qué tiene que ver el Estado con lo público?! ¡Ya está bueno de asistencialismo! Insólito el populismo al que ha llegado nuestra Patria… Y eso que aquel domingo glorioso en que celebramos el triunfo en segunda vuelta gritamos a todo pulmón: “¡Nos salvamos!” de ser Chilezuela.

Sin embargo, desde esta humilde tribuna quiero hacer un llamado a que comprendamos a Gerardito. Él no es un pelmazo ignorante y sin corazón, lo que pasa es que es… libertario. Sí, es terrible, pero lamentablemente es un anarco-capitalista. Incluso antes de ocupar la cartera de Educación era parte de la Fundación para el Retroceso, esa caja de resonancia del empresariado neoliberal más extremista que nos quiere llevar de vuelta al estupendo capitalismo salvaje del siglo XIX.

No sabemos cuándo Gerardito adquirió esa terrible condición, la cual podría considerarse un síndrome dado que se presenta, como señala la RAE, en la forma de un “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad”. Este penoso cuadro se manifiesta primeramente cuando el infectado cree en una idea fantástica de la naturaleza humana, una que nunca ha tenido referente en la realidad y hasta es aberrante: el homo sapiens es egoísta. Luego, el síndrome implica asumir un juicio positivo acerca de aquella actitud que la inmensa mayoría de las morales del mundo han definido como un vicio (también lo hacía Adam Smith por cierto). Para terminar en esta primera fase, el sujeto propone que aquel vicio es y debe ser el motor de las sociedades.

En este punto, ese individualismo radical será identificado con la libertad y ésta como el único valor fundamental de la vida humana. Esa libertad de cada individuo construye un contexto ad hoc: el mercado autorregulado, el cual a su vez es necesario para vivir esa libertad absoluta. De ahí que cada individuo sea dueño y señor de su destino, pues de su iniciativa en la competencia contra otros construirá su vida… Por más que la vida dependa en gran parte de condiciones colectivas estructurales (sociales, económicas, culturales, históricas, etc.), se asumirá que los pobres son los propios culpables de su condición. Estos fracasados no se esforzaron lo suficiente o no aprovecharon las innumerables oportunidades que ya sabemos ofrece el sistema meritocrático chileno. Mientras, es evidente, los ricos sí se esforzaron en esa lucha por los recursos.

Finalmente, la persona aquejada por el síndrome de ideologismo libertario concluirá que todo esfuerzo colectivo coarta al individuo y que toda ayuda estatal es un desincentivo al esfuerzo. Por eso lo público sería una falacia y hay que tener iniciativa emprendedora y hacer bingos sin esperar que el Estado te solucione todo. Los afectados expresan esos desvaríos en lenguaje pseudocientífico: mala biología evolucionista y economía ortodoxa y sus derivados; ignorando y/o deformando todo el conocimiento académico en verdad empírico acumulado en sociología, antropología, psicología o historia. Así y todo creen que su ideal ideológico es real y, por sus supuestos beneficios a largo plazo, debe ser impuesto a todos.

Si ya este síndrome es terrible para quiénes lo sufren, dado que pierden totalmente el sentido del ridículo y se les oye dar opiniones voluntaristas y de una ignorancia sin límites; es aún peor cuando esas personas asumen cargos directivos en organizaciones privadas o públicas. En su delirio tomarán medidas que no se condicen con la realidad, afectando negativamente la vida de quiénes les rodean. Y aquí se manifiesta uno de los más espantosos síntomas del síndrome: lo que perjudique a los demás les tiene sin cuidado. Tal como los psicópatas, los afectados pierden totalmente la capacidad de empatía.

Entonces, ¿se entiende que lo de Gerardito no es para la risa ni para enojarse? Es tan incomprendido como “Súper Taldo” (QEPD). Incluso piensen en el calvario que sufre en el ámbito familiar. Aunque en su momento intentó minimizarlo, porque como buen libertario macho-alfa asume las consecuencias de sus actos libres, no es menor la situación con sus hijos. Ironías de la vida: los campeones son unos populistas flojos que quieren todo regalado. De hecho, el pobre Gerardito debe comprarles los condones… y ya sabemos que usan gran cantidad como campeones que son.

Fuentes bien informadas nos han dicho que, evidentemente, Gerardito mantiene una cuenta de todo lo que ha gastado en ellos para cobrárselos a su debido tiempo y quería echarlos a la calle a los 10 años… una edad en que pueden perfectamente esforzarse para llegar a ser alguien. ¡Si en la Revolución Industrial ya se trabajaba a esa edad poh! De más está decir el crecimiento del PIB que logró ese fructífero trabajo infantil.

Si la meritocracia no es para los otros no más. Gerardito es un libertario consecuente, no puro bla blá. El problema es que su esposa es media zurda… sí, ella votó por Evópoli y tiene toda esa tonterita de la derecha social. En resumen: protege a los campeones. Aunque fiel a Gary Becker, esta vez el orden espontáneo del amor le jugó una mala pasada al ministro. Se le fue a las pailas la obviedad que uno se casa cuando la “utilidad esperada del matrimonio excede la utilidad esperada de mantenerse soltero o de la búsqueda adicional de una pareja más apropiada” (¡Ay!... leo a Gary y me emociona tanta lógica).

Esperando que Ud. querido lector haya comprendido el duro trance en que está Gerardito, le pido que en adelante no sea duro con él. Lo suyo no es fácil. Por favor, antes de criticarlo por pelmazo, desalmado, sin el menor sentido de la realidad, simplón o ignorante… recuerde que es una persona enferma, está afectado por el terrible síndrome del ideologismo libertario.

Lo que dijo de los bingos no responde a un error, es fruto de su triste condición. No se olvide: síndrome del ideologismo libertario. Ud. cuídese y prevenga el contagio leyendo autores/as con base empírica de verdad, preguntando a quienes saben, siendo empático, conociendo el mundo real y distinguiéndolo de las fantasías mentales.

Nos vemos en el bingo para costear los medicamentos de Gerardito.

Ahora México será Venezuela

Ahora México será Venezuela

Le llegó el turno a México. Por culpa de López ahora México será Venezuela. Se hundirá en lo más bajo y oscuro de todo lo malo que la maníaca propaganda derechista del miedo pueda elucubrar.

Es que México es un país normal, paraíso de la democracia, el desarrollo y del respeto a los derechos humanos. Si unos 30 mil desparecidos y unos 100 mil asesinados sólo en la “guerra” contra el narcotráfico es normal. Si un país capturado por los cárteles de la droga es normal. Si la pobreza de millones de mexicanos es normal. Si la cultura de la corrupción que cruza el país es normal. Si la “industria” de los secuestros es normal. Si la “expulsión” de miles de mexicanos y mexicanas que emigran a otros países en busca de mejor suerte y paz es normal. Si el asesinato de periodistas es normal. Si estar en último lugar de las mediciones de la OCDE sobre educación o desigualdad es normal.

Es que México es un país normal. Es un paraíso de la democracia, el desarrollo y del respeto a los derechos humanos. Obviamente, López es la rastrera y solapada serpiente que introducirá la manzana de la discordia en ese paraíso.[1]

En el caso de México, ¡seguro que el PRI era la mejor alternativa! El partido-mafia que ha sido el arquitecto de todo lo antedicho, de esa verdadera catástrofe mexicana. Peor aún, el PRI es hace rato un partido corrupto y criminal que surgió… ¡de la lucha armada con promesas “revolucionarias”! Pero, eso ya no se recuerda. Se le olvidó tanto al PRI como a la derecha latinoamericana que tiembla con sólo escuchar “lucha armada”… Bueno, no siempre. Ya sabemos que se permiten excepciones cuando han usado a los militares para dar golpes de estado o cuando llaman a Estados Unidos para que invada sus países para llevarles la “democracia”.[2]

Cuando se constata que esa derecha ha recurrido al miedo a Venezuela en México, Colombia, Perú, Bolivia y Chile, uno se puede preguntar: ¿Es que no tienen proyecto? ¿Es que consideran a sus militantes y partidarios tan pelmazos que sólo los pueden movilizar por el terror y por relaciones absurdas, y no por ideales e ideas de país?

Las diferentes derechas tienen sus referentes ideológicos y proyectos. Los liberales a la Ilustración, los conservadores a los franceses y españoles reaccionarios del siglo XIX, los neoliberales a la Sociedad Mont Pellerin y a la Escuela de Chicago, y hasta los corporativistas y fascistas tienen en quiénes fundamentar un proyecto político.[3]

Por más que se disienta en aspectos fundamentales de esas ideas, ellas existen. Están ahí y han estado por años. Sin embargo, también por años la derecha ha recurrido a las campañas del terror (y no pocas veces directamente al terror, ¡si lo sabremos nosotros en Chile!). Hoy su arma secreta es Venezuela… incluso, cuando al mismo tiempo sin ningún pudor y traicionando sus supuestos ideales, callan en el caso de la dictadura comunista de China. Si hasta son sus íntimos amigos.

¿Conocerá alguno de los loritos que repiten que México con López será Venezuela, algunas ideas de su programa de gobierno o sabrán algo de su trayectoria política? ¿Podrán hilar algún argumento de por qué México se transformará en Venezuela bajo su gobierno? Es más, ¿saben algo de México más allá de que hoy fue eliminado del Mundial de fútbol por Brasil?

Parece que tener una derecha democrática y seria en Chile seguirá siendo un anhelo. Sus campañas del terror hablan de que su objetivo es el poder y no el bienestar de sus pueblos; y el que sus estrategias le den resultado, habla muy mal de su militancia y seguidores. A quienes, dados los resultados, los seguirán tomando por pelmazos.

PD: como estamos en Chile, pareciera adecuada una última aclaración para los problemas de comprensión lectora que sabemos nos aquejan en el país: no se trata de defender al gobierno de Venezuela ni a López. Se trata de la derecha.



[1] Lo mismo que en Colombia, donde siempre ha gobernado la derecha y es ella la que tiene al país en el estado en que está, pero por supuesto era Petro la gran amenaza que los transformaría en Venezuela.

[2] Asimismo, ya sabemos que la corrupción tampoco importa tanto ni en México, Colombia, Brasil o Chile… basta recordar el actual inquilino de La Moneda.

[3] Dejamos fuera a los liberales democráticos y comunitaristas, quienes efectivamente prefieren la batalla de las ideas y no las estupideces.

Morir de pobre

Morir de pobre

"La muerte de Raúl fue el comienzo de nuestro viaje; fue el hecho que desencadenó un gran cambio en nosotros, en la pandilla. Raúl era distinto; pobre, por supuesto, pero distinto. Era un trabajador radial, rey de las perillas, pero no le gritaba a su esposa, ayudaba en la cocina; nos llamaba niños, nos veía, nos preguntaba qué nos pasaba, nos convidaba leche, no decía garabatos; no hablaba contra Dios ni a favor de Dios. Decía ’Señor Molfiqueo’ —en vez de ’Indio Molfi’—, no piropeaba; era distinto y su muerte nos cambió. Lo mató la tuberculosis, ’a Raúl lo mató la pobreza’ dijo Pimpin; ’el hambre’, dijo Claudio Rojas, ’en otro barrio no hubiera muerto’. Y esa noche tuve por horas los ojos muy abiertos, aprendí en minutos que éramos muy pobres y que eso no era producto de la luz natural, sino una construcción humana; miré nuestros muros rotos sin pintura, me dí cuenta que nuestras camas eran viejas, que hacía frío y pensé que podía ser todo distinto. Con Raúl murió la inocencia y las agudas flechas del porqué empezaron a invadir mi vida. Nunca más nos resultó normal, lógico, ser pobres"

Fragmento extraído desde Memorias de un labrador de futuro. Carlos Liberona, el amor y la lucha de Lucía Sepúlveda.